La rúcula necesita de la exposición solar para crecer así es que debes colocar tus plantas en un lugar soleado aunque hay que tener en cuenta que el exceso de sol produce un sabor demasiado amargo en sus hojas. Por eso, lo mejor será sembrar en primavera. En cuanto al clima, lo ideal es cultivar rúcula en zonas con climas cálidos pero temperaturas suaves, típicas del Mediterráneo. Por otra parte, tolera un frío de hasta -10 grados centígrados aunque si el termómetro baja más, la planta no se desarrollará. La rúcula se adapta a todo tipo de suelos aunque prefiere aquéllos que son calcáreos, permeables, ricos en materia orgánica y bien drenados.
La siembra debe realizarse de marzo a octubre plantando las semillas a una distancia de entre 15 y 30 cm. La germinación se producirá entre los 10 y los 14 días siempre y cuando el suelo esté húmedo y abonado.